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Vas a iluminar la casa




Garo testimonia en su primer disco solista, en tono melancólico de guitarras porfiadas, algunas historias que son heridas abiertas. 




Son heridas físicas, morales, pero particularmente golpes en las rodillas de una sociedad que por momentos parece no poder levantarse. La publicidad de una radio me dio una dirección de Montevideo: “Andes 1206”. Ahí funciona hoy una empresa, y la rutina del tiempo no dejó rastros de aquella casona de principios de siglo XX. “La Tribuna Popular titula hoy 'El amor que mata'”. Aquel “hoy” cantado por Garo y recortado del inicio de la canción promocional para la radio es el 7 de julio de 1914, el día después del asesinato de una mujer y el suicidio de su matador.
 La publicidad era sobre la obra de Garo Arakelian, quién lanzó su proyecto solista llamado Un mundo sin gloria, editado por el sello Bizarro este año. En una narración prolija, sin abuso de mensajes cifrados, “Andes 1206” no refiere al lugar, a esa empresa céntrica de hoy, sino  la pasión y muerte de ayer, un ayer casi centenario.
 Refiere a esa tragedia tan humana como bestial: en Andes 1206 asesinaron a Delmira Agustini.


Pero la obra de Garo, en primera persona, pues el músico se desprende de  sus proyectos musicales anteriores (La Trampa), es una serie de canciones – historias que se proponen retomar los mitos, las historias y la intertextualidad con otras obras y hechos de la realidad. En el caso de “Andes 1206” no deja de relacionarse la versión de los hechos contados por Garo con Delmira, novela histórica de Omar Prego Gadea, y Delmira, la obra de teatro de Milton Schinca del año 1984 donde las dos Delmiras, (la poeta y la mujer) se enfrentan en su existencia trágica.
En la canción hay un solo enfrentamiento, el desleal y mortal. El narrador de la historia viaja en el tiempo y el espacio y la busca en la plaza. ¿Qué plaza? Tal vez la que frecuentaba Delmira con sus padres, la Plaza Cagancha donde pasaba las tardes como salida típica de una señorita de sociedad. “La sangre congelada y yo en la plaza igual” cuenta tan intimista el narrado creado por Garo que parece más una confesión de testigo, que cantor de un destino. “Te esperan” le dice a Delmira, pero no le advierte del peligro, solo la mira.

Un disco sin Gloria
Las letras del disco no son metáforas de la realidad sino que la testimonian sin ambiciones estilísticas más que las del sentido profundo. Hay furia de impotencia, impotencia de los hechos, hechos provocados por la furia. Gloria se suicidó y el  testimonio del periodista Leonardo Haberkorn le sirvió a Garo para contar los infortunios que determinaron el crucial desenlace. “Gloria se pegó un balazo el sábado, los diarios nunca dicen la verdad”. Paradójicamente fue un periodista quien le dio instrumentos al autor de la canción para detallar los hechos. Como algún “Sábado sin gloria” (parafraseando a Mario Benedetti), Garo reafirma la necesidad de dejar plasmada una historia mínima para el mundo agitado, que por serlo, no tendrá la capacidad de escuchar una canción (y un disco) de tantas pausas conceptuales.
Gloria se mató por distintas circunstancias, entre ellas, una sociedad que la pone en una encrucijada, deudas, y el desastre de Barranca Abajo un siglo después.

Escribía Haberkorn en Rumbo Sur en el año 2006 “Gloria Cor se pegó un balazo el sábado pero recién dieron la noticia el lunes”. Esa noticia fue -según el periodista- contada por Últimas Noticias aquel año como un caso donde el motivo del hecho fue que Gloria, policía de profesión no podía pagar la luz, pero los hechos fueron otros, motivados por un sin fin de circunstancias sociales que fueron arrastrando a la víctima (y otras víctimas), a tomar una decisión así (por  más información recomiendo leer http://leonardohaberkorn.blogspot.com/2012/11/la-cronica-que-inspiro-garo.html). 
La otra historia sin gloria, pero que Garo le rinde dignamente algo de dignidad en el recuerdo es la de “Diente de León”, el segundo track del disco. Esta canción relata una nueva historia de violencia doméstica: el asesinato de una mujer por parte de su esposo policía.
“Tendida en la tierra fría, un tiro en el corazón, encontraron a María, entre dientes de león”, dice la canción, otro testimonio de nuestro mundo sin gloria, aquejado de nosotros mismos, con música que no siempre debe ser “divertida” como para convencernos que el mundo es perfecto aunque fugaz. Garo logra ser lo que crítica de los diarios: un cronista social, como los hay pocos en nuestros periódicos.









Por Matías Rótulo, publicado el 20/12/2012 en Semanario Voces

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